La caridad el arte y el crimen en Ang lica Liddell Caridad Arte

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La caridad el arte y el crimen en Angé lica Liddell

10/10/2022 16:20:00

CRÍTICA La caridad el arte y el crimen en Angé lica Liddell Por @Peibolc

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CRÍTICA La caridad, el arte y el crimen en Angélica Liddell Por Peibolc La poeta y creadora escénica catalana ha estrenado mundialmente ' Caridad ' en el festival Temporada Alta, obra que testa la capacidad de perdón de nuestra sociedad y el papel transgresor del arte a la que faltó la fuerza catártica de otros montajes 2Liddell comienza la obra con esta poderosa imagen que emana del cuadro de Peter Paul Rubens,Estamos ante una de las obras de Liddell de gran formato. Veintidós personas en escena y dos horas de representación. Llegaba la obra a Girona tras su paso con , una respuesta contra el público y la crítica en defensa de su obra dedicada al cantaor Manuel Agujetas que es quizá uno de los textos más maniqueos y flojos de esta gran autora. Una pena.offLa guillotina y el artistaA. L.CaridadEsta breve tragedia de la carne Leer más:
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El telescopio James Webb capta Los Pilares de la Creación

Este exuberante paisaje captado por el Telescopio Espacial James Webb de la NASA es la imagen más nítida que tenemos de ‘Los Pilares de la Creación Leer más >> Angélica Liddell: 'El amor, el crimen y el arte representan la impotencia de la razón'Libérrima, ajena a cualquier corsé moral, disolvente de convenciones, se erige en defensora de los criminales y los valores cristianos en su obra ' Caridad ' Un museo submarino en Dakar, el primero de África occidentalCrean un museo submarino, el primero en África occidental, que combina arte y concienciación medioambiental El romántico detalle del novio de Bella Hadid en el 26 cumpleaños de la modeloEl director de arte Marc Kalman fue uno de los primeros en celebrar la especial fecha con ella Bermúdez de Castro: “Las bellas artes son un logro de nuestra especie”Bermúdez de Castro: “Las bellas artes son un logro de nuestra especie” El paleoantropólogo ingresa en la RAEinforma, donde ya ocupa la silla K, con un discurso en el que destacó el carácter “indisoluble” entre naturaleza y cultura Liga Crónica y resumen del Cádiz 2-2 EspanyolEl Cádiz y el Espanyol empataron este domingo a dos en el partido de la octava jornada de LaLiga Santander que disputaron en el estadio Nuevo Miradilla. Autorretrato de Angélica Liddell para el estreno de su nuevo montaje, 'Caridad' A.Angélica Liddell (Figueras, 1966) le toma la palabra al ‘superfilósofo’.belnmayo María Rodríguez Dakar (EFE).No solo es una de las modelos mejor pagadas del mundo (suele colarse en el  top 10 de cada temporada), sino que también la vida personal sonríe a Bella Hadid. L 9 de octubre de 2022 23:25h 2 Liddell grita, se desgañita con el cuerpo y la voz, pelea. Sola. Su poesía, que conjuga las referencias trascendentales (es una pertinaz exploradora en los textos sagrados) con andanadas de desprecio contra la mediocridad y el puritanismo, a su juicio, galopantes. Junto a ella hay una máquina de ordeñar, la escena se alarga, Liddell enferma el cuerpo, coge el cántaro de leche metálico de la máquina y lo derrama por todo el escenario. «Soy alguien que, o está sumergido en el agua, o que cuando está en casa ve vídeos submarinos. Así comienza Caridad , la obra en la que Liddell se acerca al concepto de esta virtud teologal para confrontarla con nuestra sociedad moderna y con su propio concepto del arte. Con esta obra, ha abierto el Festival Temporada Alta de Girona este fin de semana. Liddell comienza la obra con esta poderosa imagen que emana del cuadro de Peter Paul Rubens, Caritas Romana , un cuadro en el que vemos al condenado a muerte por inanición Cimón siendo amamantado por su hija, un acto de caridad que provocará el perdón del tribunal. Más que sonriente posaba Bella frente a los paparazzi , sosteniendo en brazos el triple ramo de rosas amarillas, rosas rosas y lavanda. La caridad por encima de la ley. Dice que siente una “inclinación natural al criminal”. «Y pensé, bueno, hay esto en otro lugar, ¿por qué no lo traigo a casa? (…) Así que me dije, voy a intentar reproducir esto en casa y al mismo tiempo el objetivo era poder llevar a la gente bajo el agua para explicarles cuál es el problema (medioambiental) que tenemos», cuenta. La condena, el perdón, el crimen, el arte. Estos serán los conceptos sobre los que Liddell irá cosiendo el corpus de esta obra que este fin de semana abrió la nueva edición del festival Temporada Alta. Se trata, por supuesto, de una inclinación poética, heredera de Bataille, es una inclinación sadiana. Estamos ante una de las obras de Liddell de gran formato. Un cangrejo ermitaño de visita en una de las obras que conforman el museo submarino de Dakar, el primero de África occidental. Veintidós personas en escena y dos horas de representación. No puede abordarse este asunto desde un punto de vista literal o civil, sino estético. Lo que sí mantuvo entre un estilismo y otro fueron las gafas de lentes semitransparentes que, desde hace años, son uno de sus complementos favoritos. Llegaba la obra a Girona tras su paso con Terebrante , que causó el rechazo de buena parte del público. Algo que incluso ha tenido respuesta de la autora en su libro recién publicado por La Uña Rota, Kuxmmannsanta , una respuesta contra el público y la crítica en defensa de su obra dedicada al cantaor Manuel Agujetas que es quizá uno de los textos más maniqueos y flojos de esta gran autora. Está más próximo a un criminal que a un juez. «La instalación en su conjunto recuerda también una especie de sitio arqueológico, podemos hablar, por ejemplo, de leyendas antiguas, de historias como Atlántica», añade la artista. Una pena. Pero es de este libro del que también surge el texto de Caridad , tanto los textos proyectados en escena o dichos en off por la propia Liddell, como la traslación dramática del proceso judicial que cuenta Georges Bataille en su libro El verdadero Barba Azul. Los locos y los niños son inimputables. La tragedia de Gilles de Rais y que será dicho en escena por Guillaume Costanza. Estoy esperando eso para poder filmarlos», declara El Ali. Un texto donde ese noble francés del siglo XV que fue condenado a muerte por haber torturado, sodomizado y asesinado a cientos de niños en su castillo de Tiffauges, describe cómo perpetró tales atrocidades y las motivaciones que le llevaron a cometerlas. El amor, el crimen y el arte representan la impotencia de la razón. La guillotina y el artista La obra se presenta como “una aproximación a la pena de muerte dividida en nueve capítulos”. Nueve capítulos donde el público asiste a una visión del ser humano como un ser tullido (aparatos de ortopedia, perros cojos, esgrimistas paralímpicos, cantantes laringectomizados). P. Es horrible lo que está pasando en el mar, donde no hay más espacio, hay redes por todas partes», lamenta El Ali, cuyo club, junto a la ONG Oceanium, realiza operaciones de limpieza en las que sacan hasta 40 toneladas al año de redes y desechos del mar. Un ser caído en tierra, incompleto, necesitado. Nueve cuadros de un teatro generador de imágenes, performativo, carnal hasta la extenuación y en el que Liddell intenta mostrar al público un arte que se redime a través del crimen; un crimen que al igual que el amor o la tragedia, transciende a la razón y posibilita la redención. Es la aceptación total y absoluta de la naturaleza humana, con todas sus consecuencias. Destaca en el último teatro de esta artista cómo la reflexión filosófica va cada vez cogiendo mayor peso, Liddell se apoya y quizá se parapeta en demasía tras las palabras de pensadores como Michel Foucault, el Marqués de Sade, George Steiner o en esta última obra, sobre todo, Georges Bataille. «Tenemos una respuesta (y), sobre todo, desde que existe este museo vienen los medios de comunicación y dicen: ‘¡Oh! hay algo bajo el agua, hay basura’. El castigo de la ley está representado en escena por una enorme guillotina, Liddell así decidirá explicar en escena a tres niños el funcionamiento de este instrumento diseñado por un fabricante de clavicordios, así como su sangrienta historia en Francia donde se utilizó hasta 1977. La caridad es una figura muy compleja y sombría. La redención a través del crimen y el criminal estará, a su vez, representada por la figura de Gilles de Rais. Liddell pregunta al público si puede perdonar a este monstruo capaz de sodomizar, descuartizar y asesinar a jóvenes prepúberes. Y por otro lado se encuentra la caridad cristiana, que no es otra cosa que el amor absoluto, tal y como lo expresa San Pablo en la carta a los Corintios. «Para que se parezca a lo que quiero, necesita obras. Liddell enfrenta al espectador con un gran tabú moral como es la pedofilia, para así demostrar que la razón prohíbe antes que explica y así, al mismo tiempo, defender la caridad como instrumento de trascendencia y arma transgresora. El dilema es profundo y además es uno de los basamentos de la estética de Liddell. La caridad cristiana da asilo al homicida. Pero el problema es la concreción escénica del dilema. Así que si puedo pedir algo hoy, son obras». Retrato de Angélica Liddell para el estreno de 'Caridad' A. La cuestión es cuánta cantidad de perdón estamos dispuestos a soportar. L. En otras ocasiones, esta artista ha sido capaz de convertir la soledad, el desamor o la estulticia humana en pura carne escénica. Veo belleza donde la gente pacata solo ve religión y dogma" P. Es más, en el año 2016, en uno de sus grandes montajes, ¿Qué haré yo con esta espada?, consiguió depurar magistralmente ese camino concomitante entre arte y crimen, entre artista y criminal. En Caridad , siguen presentes los elementos perturbadores de su teatro (masturbaciones en escena, penes dorados que apuntan como flechas de cupido, etc. En un principio la justicia estuvo unida a la venganza y la humillación.), pero en cambio no se produce la conmoción entre espectador y escena presentes en otros montajes. Una conmoción necesaria para completar el rito escénico que propone Liddell en su teatro. Una sociedad moderna es, por tanto, aquella que evoluciona hacia la piedad y el perdón. Un teatro en proceso de transformación Hay cierto debate teatral que al discernir qué está pasando en el último teatro de Liddell se centra en la diferencia de las obras de gran formato o las obras menores, o en la disímil fuerza entre las obras con texto de las que no lo tienen, incluso en la diferencia de las obras en las que el texto es dicho en escena por ella o en las que son otros quienes lo acometen. Son parámetros, estos, casi siempre fruto de equívocos y poco explicativos. Pero eso no es nada más que una utopía. Es más, piezas fundamentales como Esta breve tragedia de la carne (2015), obra sin texto dicho y de formato más pequeño, desmienten estas tesis. El teatro de Liddell se encuentra hoy en transformación, como por otro lado nunca ha dejado de estarlo. Piedad, caridad… Valores cristianos por antonomasia. Otra etapa de cambio, por ejemplo, se produjo entre 2011 y 2015, época en la que se pudieron ver obras donde Liddell buscaba y muchas veces no hallaba. Parece que hoy su teatro intenta encontrar otros caminos que no tengan que pasar por el monólogo dicho por ella en escena tan representativo en su carrera, parece que Liddell está buscando una puesta en escena y una dramaturgia que, alimentadas por una gran carga simbólica y conceptual tanto en la imagen como en el texto, den con una estética nueva y regeneradora de su propio teatro. ¿Cómo describiría la influencia del cristianismo en su obra? R. Pero el teatro de Liddell siempre ha buscado la catarsis del público, ese proceso por el cuál algo se rompe en la conciencia del espectador, una rotura que es aflicción y comunión al unísono. Su teatro necesita esa catarsis y al mismo tiempo Liddell sabe que la repetición puede hacer que desaparezca, que la convierta en simple gozo de reafirmación de un público que exige lo que un día le conmovió más que en una verdadera aflicción redentora. He sabido ver belleza allí donde la gente pacata solo ve religión y dogma. Angélica Liddell presenta en Temporada Alta su nueva obra, 'Caridad' A. L. Pasolini decía que blasfemar era de pequeñoburgueses con aspiraciones , la blasfemia es lo opuesto a la transgresión, porque la trangresion tiene que ver con lo sagrado. Y en el estreno mundial de Caridad, esa catarsis, esa fuerza centrípeta de la que es capaz el teatro de Liddell, no se dio. Un estreno en el que, si bien la obra estaba cerrada en sus nueve capítulos, y las acciones y las imágenes estaban ya definidas, la concreción escénica no llegaba a darse, lo expuesto no llegaba a tomar cuerpo. Ahora vivimos tiempos solo de condena, de denuncia, de acusación, como en cualquier periodo puritano. Incluso a nivel espacial y lumínico, algo que Liddell domina y sabe trabajar, en muchos momentos el montaje parecía estar más cerca del ensayo que de su versión final. Algo que incluso generó la duda de si el montaje había llegado al estreno con la propuesta absolutamente decantada o a medio hacer. Un momento de 'Caridad': Foto: Pablo Lorente P. El regusto de este estreno mundial es pues amargo. Quedó la duda de si Caridad contiene la fuerza del teatro de Liddell, pero no se llegó a apreciar porque la obra no está cerrada por completo; o si, en cambio, en su último teatro el equilibrio entre corpus filosófico (cada vez más apabullante), las acciones escénicas y la capacidad simbólica está por ajustar. ¿Qué le parece este rechazo? R. Al final, en el aplauso, salió el elenco acompañado de varios carneros. Más que una referencia a la figura del Agnus Dei, muy utilizada por esta artista en otros montajes, el asunto parecía más una devolución al público/rebaño que el año pasado no aceptó su trabajo. Intento dinamitar la politización en favor de una libertad artística absoluta. En el cripticismo la polisemia reina y Liddell sigue teniendo ese punto macarra donde la confrontación no se rehúye. El festival Temporada Alta se inauguró también este fin de semana con el estreno de L’adversari , adaptación teatral del libro de Emmanuel Carrère que ha llevado a escena Julio Manrique. En el mundo de la expresión estética la politización solo aporta la banalidad que caracteriza a lo apropiado. Obra que indaga en la mente de Jean-Claude Roman quien en 1993 mató a su mujer, sus hijos y sus padres. La obra está interpretada por un soberbio Pere Arquillué y un enigmático Carles Martínez que da vida a este mentiroso metódico de una frialdad psicótica. P. La puesta en escena, las interpretaciones, el uso de la imagen y el espacio, todo en este montaje funciona de manera solvente y sincronizada. Una apuesta de un teatro textual y psicológico que tiene visos de tener largo recorrido y que es de imaginar que tendrá versión en castellano. R. La obra llegará este marzo al Teatre Romea de Barcelona. Etiquetas . El primer herido fue el diablo.
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