La guerra de Ceuta Est n convirtiendo a chavales en sicarios

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La guerra de Ceuta Está n convirtiendo a chavales en sicarios

17/10/2022 11:47:00

La guerra de Ceuta Está n convirtiendo a chavales en sicarios

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EL PAÍS España

La guerra de Ceuta: “Están convirtiendo a chavales en sicarios” Desde hace meses, dos bandas formadas en su mayoría por menores aterrorizan la ciudad. Ya han asesinado a tres personas walkie-talkies, es consumida por los propios chavales. Mezclada con hachís y alcohol produce un efecto desinhibidor extremo, que los ayuda en sus tiroteos y ajustes de cuentas.En Instagram y TikTok alardean de dinero y, sobre todo, de armas. También se intercambian avisos. El estilo es aterrador: algunas amenazas son “Muchas de las disputas son por niñadas”, explica el abogado Jorge Gil Pacheco. “Hace poco dispararon a un chico en las piernas por haberle enviado un mensaje a la novia de uno de la otra banda”. El exnarco que nos acompaña añade: “Si tienen que disparar a la madre de alguien, lo hacen. Si tienen que chivarse a la policía, lo hacen. Son niñatos. Sin honor y sin palabra”. El listón que marca el desencadenante de un tiroteo se está desplomando a gran velocidad en las barriadas de Ceuta. Leer más:
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Y ahora Sonsoles con Sonsoles Ónega Web oficial de Antena 3

Muy pronto, en las tardes de Antena 3, llega el programa de actualidad en directo dirigido por Sonsoles Ónega Leer más >> Poco nos pasa 'Me convertí en un objeto': Scarlett Johansson revela que se ha sentido 'hipersexualizada' desde jovenLa actriz relata también una incómoda situación que vivió con el actor Joaquin Phoenix, cuando él tuvo que salir del estudio de grabación al escuchar a Johansson fingir un orgasmo Cadena SER Cobrando, claro, si no estaría fregando escaleras Que pesadita ya con el tema, 10 años llorando. Pues haber dicho no. Pero claro, el moneymoney. Yo es que estas cosas no me las creo. Las autoridades buscan a Yanira, una joven desaparecida desde el pasado abril en Gáldar, Gran CanariaLas autoridades continúan buscando a Yanira Nazaret Pérez González, una joven de 33 años que lleva desaparecida desde el pasado 28 de abril en Gálda Pero si a dúo alguna está tan mal que más las ganas que posibilidades de elegir porque no se enteran ni en trolearnos y a conformarse con la Plz. Weyler¿vess? 'Venezuela', el nuevo cómic del periodista Ángel Sastre: retrata desde secuestros exprés hasta protestas callejerasEl periodista Ángel Sastre , colaborador de esta casa en numerosas coberturas internacionales, ha transformado en cómic algunas de sus experiencias Possssss hazte docente y obliga a que lo lean porque yo no lo voy a comprar. IGUAL Q ARGENTINA. Descubre cómo el S-MODE de la NASA analiza los cambios climáticos desde el océanoEl Experimento de Dinámica Oceánica Sub-Mesoscale S-MODE de la NASA desplegó una flota de barcos, aviones y robótica marina en el océano Pacífico que Tecnología CNN La tierra va desaparecer y de nada servirán los análisis. Me parece interesante esto que hace la NASA ya que ID sabe aprovechar todos los recursos para tener información verídica y precisa. Además de que esto nos sirve para prevenirnos a futuro. osvaldocultura1 Venezolanos arrancan nueva vida desde albergues de Nueva YorkLos cinco miembros de la familia venezolana Bonilla-Medina arrancan una nueva vida en Nueva York, adonde llegaron huyendo de la miseria Es una vergüenza que esparcir ideología nazi sea tratado como 'información'. Que hay de los que se quedan en su país? Así son las 'tiny houses' españolas: desde 25.000 euros y que puedes probar antes de comprarSe conoce como tiny houses a aquellas viviendas prefabricadas de pequeño tamaño. Según el portal Idealista, se caracterizan por ser móviles, muy eficientes o autosuficientes, y por integrar en un pequeño espacio todos los equipamientos de una vivienda normal. Tanto la banda de Tayena como la de Piolín (cuyo brazo derecho es un chico llamado Laika que controla la zona sur de El Príncipe) están conformadas por dos o tres lugartenientes y unos 20 o 30 soldados.Scarlett Johansson, muy crítica con la hipersexualización que se hizo de su personaje en la saga de Marvel Una situación que incluso llegó a provocar que Johansson pensara que su carrera había llegado a su fin:"Me dije: ‘Ese es el tipo de carrera que tienes, estos son los papeles que has interpretado’.Yanira tiene el pelo moreno, largo y los ojos marrones Desde la asociación SOS Desaparecidos han pedido la colaboración ciudadana para encontrar a la mujer.Se amplía el plazo para solicitar el Bono Cultural Joven hasta 31 de octubre La preferencia de Ángel Sastre por el mundo del cómic Tras su paso y trabajo por Venezuela, Ángel Sastre ha convertido algunas de esas crónicas en un impresionante cómic centrado en sus más de quince años de viajes a un escenario explosivo en los últimos año, Venezuela. Aunque no tienen territorios exactamente definidos, la mayoría de los integrantes del grupo de Piolín viven en El Príncipe, mientras que los de Tayena lo hacen en Los Rosales. Cuentan con una red de chavales que se dedican a distintas labores, entre ellas la vigilancia. Aunque la intérprete también ha querido enviar un mensaje de aliento y esperanza, porque cree que las cosas han"cambiado mucho" en cómo se trata a las actrices en la industria. Una entrada a El Príncipe por la noche permite ver a grupos en cada esquina. Si tienes alguna información sobre el caso, puedes llamar a los teléfonos +34 642 650 775 o , o bien escribir un mail a info@sosdesaparecidos. Las luces del coche iluminan los corrillos que forman, algunos llevan pinganillo y walkie-talkies . El 'Me Too', un movimiento"entre dos mundos" La actriz cuenta que, con el movimiento 'Me Too' , se ha llegado a sentir"entre dos mundos". “El móvil tienen prohibido tocarlo”. Nos conectamos. Cada vehículo que pasa es escrutado. Usa tu sexualidad, todo lo que puedas para obtener lo que necesitas’, mientras que en nuestra generación también nos decíamos: ‘Eso no está bien, tiene que haber otra manera’. Casi todos llevan chándal, bolsitos cruzados, capuchas o gorras. Más allá, callejuelas oscurísimas se retuercen hacia el corazón del barrio y algún vecino mayor pasea ajeno. No lo consientas", cuenta Johansson. Si no fuera porque avanzamos acompañados del antiguo narco ya habrían dado el aviso. Cada grupo cuenta con una flota de drones que sobrevuelan sus territorios para controlar quién entra o sale. Ella tenía que fingir un orgasmo para una escena y el actor, al escucharla, tuvo que irse del estudio de grabación. Los agentes de policía suelen sentirlos sobre sus cabezas cada vez que llevan a cabo un operativo. También los utilizan para pasar drogas sintéticas a Marruecos. Necesitaba un descanso", rememora la actriz. Es su principal fuente de financiación. Una de estas drogas, conocida como carcovi , es consumida por los propios chavales. Más. Mezclada con hachís y alcohol produce un efecto desinhibidor extremo, que los ayuda en sus tiroteos y ajustes de cuentas. Un hombre caminaba el miércoles por el barrio de El Príncipe Alfonso, en Ceuta. PACO PUENTES Terror en las redes En Instagram y TikTok alardean de dinero y, sobre todo, de armas. También se intercambian avisos. El estilo es aterrador: algunas amenazas son stories con fotos de niños pequeños (hermanos o sobrinos) en triciclo o vídeos de miembros de bandas rivales a los que han capturado y humillan y golpean. El nivel de violencia es elevadísimo. A pesar de su capacidad, ninguna de las dos facciones es —todavía— una gran organización de narcos ni, en realidad, tiene demasiado peso en el circuito del hachís. Son, de momento, grupos de jóvenes callejeros, violentos y armados que fantasean con infundir miedo y convertirse algún día en poderosos traficantes. “Muchas de las disputas son por niñadas”, explica el abogado Jorge Gil Pacheco. “Hace poco dispararon a un chico en las piernas por haberle enviado un mensaje a la novia de uno de la otra banda”. El exnarco que nos acompaña añade: “Si tienen que disparar a la madre de alguien, lo hacen. Si tienen que chivarse a la policía, lo hacen. Son niñatos. Sin honor y sin palabra”. El listón que marca el desencadenante de un tiroteo se está desplomando a gran velocidad en las barriadas de Ceuta. Mientras las refriegas se suceden, algunos narcos de perfil bajo del Estrecho aprovechan el vacío de poder y trabajan a destajo estos meses, mientras los esfuerzos policiales y la atención mediática y política recae sobre las barriadas. Agentes de La Policía Nacional en la barriada de El Príncipe de Ceuta. Reduan Dris (EFE) La noche de la ira Semanas después del asesinato de El Churrero, Ibrahim Buselham cayó fulminado de su moto tras recibir un disparo en la cara en el Puente del Quemador, junto a El Príncipe. Tenía 16 años y, según los investigadores, pertenecía a los Tayenas. Esa noche de abril, el nivel de ira tocó techo. “Yo no recuerdo nada igual”, rememora un vecino. “Grupos de chicos en motos, con pasamontañas y fusiles, armas largas, disparando al aire, a las fachadas, a las casas…”. Decenas de coches ardieron esa noche en El Príncipe y Los Rosales. Las balas surcaron el salón de la madre de Tayena, una mujer de 70 años que tuvo que tirarse al suelo y huir a gatas mientras los cristales de espejos y vasijas saltaban por los aires. Cientos de piedras volaron sobre los policías que trataron de contener la violencia. Los agentes recogieron casi cien casquillos al amanecer. Algunos de ellos de fusiles automáticos. Todo, en un barrio de España. “Aquí estamos viviendo lo que hace años veíamos en las películas”. Lo dice Abdel, el nombre ficticio de un vecino de El Príncipe que intenta mudarse. “Tengo un hijo de 12 años y no lo dejo estar un minuto solo en la calle. Yo hace tiempo que no me tomó un café fuera. La mayoría de los vecinos estamos aterrorizados”. Cuenta Abdel que hace unas semanas estaba en el portal de su casa con su hijo y, frente a ellos, pasó Piolín con su banda. Todos llevaban pistolas en el pantalón del chándal. “Aquí casi nadie va ya al primer rezo de las 6. 00 de la mañana. Tenemos miedo hasta dentro de casa, por si entra una bala perdida.” Yussef, otro nombre inventado para otro vecino, esta vez de Los Rosales, cuenta que hace poco tuvo que ir a las cinco de la mañana a El Príncipe por trabajo. Nada más entrar en el barrio, tres jóvenes encapuchados le dieron el alto. Uno de ellos golpeó la ventanilla con una pistola, pidiéndole que la bajara. “Yo encendí rápidamente la luz de dentro del coche. Me miró, me reconoció y dijo: “Tira”. Un check point para entrar en el barrio. La policía evita patrullar estas calles. A partir del atardecer, no entran. Solo lo hacen con operativos si se desata la violencia. “La última vez que pasamos nos bloquearon con motos en una vía estrecha y empezaron a llover piedras. Tuvimos que salir del coche y disparar al aire”, relata un agente. “Apedrear a la policía es deporte nacional en El Príncipe”, agrega. Uno de esos proyectiles golpeó en la cabeza de un miembro de la UIP el 8 de octubre. La Policía estableció un dispositivo durante el fin de semana. Fue durante ese despliegue cuando dispararon a Dris Amar en su garaje. Despedida del militar Dris Amar en el cementerio musulmán de Sidi Embarek. Reduan Dris Regragu (EFE) Un compañero admirado A Dris Amar le encantaba conducir sobre la arena del desierto. En cuanto podía, cruzaba a Marruecos y se pasaba el día recorriendo dunas. Se mudó a El Príncipe en abril. Tenía 39 años, estaba casado y con dos hijos de 6 y 10 años. Desde los 18 formó parte del cuerpo de Regulares de Ceuta. Era cabo, tenía varias condecoraciones y, sobre todo, era un compañero admirado. Tanto superiores como iguales mastican su tristeza desde el pasado domingo en el cuartel. “Un tío increíble, amable, cariñoso”. Como un tributo improvisado y en voz alta, recuerdan cómo Dris sacó del agua a un bebé cuando miles de inmigrantes cruzaron la frontera del Tarajal el año pasado. Hablan de cuando empleó un mes de sus vacaciones para acompañar en el hospital a un soldado suyo que resultó herido. Fuera de su unidad, la desolación es la misma: “Dris era un vecino harto y atemorizado por la violencia”, dice un amigo. El lastre del cabo Dris estaba en su hermano pequeño, conocido como Chavala y miembro de la banda de Tayena. Otro hermano, mayor, nos recibe en su casa con lágrimas en los ojos tras el funeral de Dris y explica que al cabo asesinado “lo único que le ocupaba eran sus hijos, pescar y conducir”. Luego cuenta que hace un tiempo habló con la banda de Piolín y les dijo: “Si tenéis un problema con mi hermano pequeño, resolvedlo con él. Lo acato. Pero dejad a Dris en paz. No tiene nada ver con vuestras cosas”. Fue en vano. Hace unas semanas, Chavala recibió una visita en su casa y tres disparos en la puerta. Días después llegaron varias amenazas por Instagram. En una de ellas aparecía un niño en bicicleta y la frase: “Chavala, pronto tendrás un sorpresón. A ver si luego Tayena te ayuda, que solo sabe esconderse”. En otra se leía: “No olvides a tu hermano que, aunque no entre en esto, sabemos de él”. Dris nunca tuvo conocimiento de estas amenazas. Horas antes de su asesinato envió un whastapp a un compañero quejándose, una vez más, de la situación del barrio. Por la noche bajó al garaje de su casa. Allí tenía una silla donde fumaba un cigarro y jugaba al parchís con el vigilante del párking antes de irse a dormir. Era la una de la madrugada. Cuatro encapuchados aparecieron, miraron al vigilante y, con un gesto en la cabeza, lo echaron. “Ya sabéis que no he hecho nada”, acertó a decir Dris. Después, la ráfaga de balas. Se desangró en el suelo esperando por la ambulancia, a pesar de que el hospital está a 400 metros y a que dos agentes de policía escucharon los tiros e irrumpieron en la escena. Horas después, tres de los cuatro pistoleros fueron detenidos. Rezo por el cabo Dris Amar, asesinado el lunes en Ceuta, en el cementerio musulmán Sidi Embarek. PACO PUENTES “¿Qué hacía la policía justo ahí?”, se pregunta hoy el hermano de Dris. No es el único. En El Príncipe y el resto de barriadas la desconfianza hacia la Policía es enorme. Más en los últimos meses, después de que se filtraran unos audios en los que se escucha a lo que presumiblemente es uno de los agentes que apareció en el garaje hablando con Tayena en tono cordial y de confianza, pidiendo y devolviendo favores. “Hay gente intocable, a la que la policía ayuda y protege”, añade. La percepción no está solo en la calle. Un agente de la Guardia Civil se muestra contundente: “Habría que investigar a fondo lo que está haciendo la Policía en Ceuta. Hay un elevado nivel de corrupción”. El viernes, , representante de Unidas Podemos en Ceuta, subió a sus redes sociales el hashtag #policíacorrupta. La respuesta de la Policía Nacional busca devolver la cordura, y un mando explica: “Nosotros hablamos con todos, desde grandes narcos hasta chavales de bandas. Tenemos informadores y contactos, esto es algo habitual. Está todo supervisado y judicializado. Lo que pasa es que luego las cosas se descontextualizan y se malinterpretan. No vamos a parar hasta acabar con la violencia en El Príncipe”. Los guetos Es miércoles por la mañana. La primera casa de El Príncipe aparece tras la curva que da acceso al barrio. Justo enfrente de ella, un niño sentado en una silla de playa en mitad de la acera nos mira. No hay una sola hora del día en la que el barrio no esté vigilado. Los Rosales y sobre todo El Príncipe se han convertido en una suerte de guetos. El segundo es un laberinto de callejuelas y casas amontonadas sobre una colina, estilo favela, controlado por las bandas donde se esconden chavales en busca y captura durante meses. El mismo Piolín vive hoy en estas calles. Las fachadas están gastadas, el asfalto envejecido, la basura acumulada. Los bomberos no suben al barrio sin escolta policial. Ha habido ambulancias que han rechazado acudir. El autobús urbano que cubre la ruta se desvía a partir de las siete de la tarde, cuando los accesos al barrio se bloquean con coches y motos. De todos, el problema más urgente ahora mismo de El Príncipe son las armas. “Hay cientos de ellas”, explica el ex narcotraficante. “Vienen de Europa del Este y las meten desde la Península”. La Policía tiene constancia de la presencia de un arsenal casi de guerra. Las bandas poseen fusiles, varias Uzi, Kalashnikov y, sospechan, hasta granadas. La cultura de las armas es imparable. “Esto hace tiempo que se fue de las manos”, resume un vecino. Una pintada asoma en una pared del barrio: “No suministréis armas a menores”. Los investigadores creen que, tras el asesinato de Dris, la banda de Tayena se está disolviendo. Huido de Ceuta e instalado en Algeciras, Tayena parece haberse quitado de en medio. El ex miembro de las bandas corrige: “Se están reorganizando. Y van a ir a por todos. Esto es una guerra y queda mucho por delante. Tayena es un informante de la Policía y entra y sale de Ceuta cuando le da la gana”. Mientras, Piolín y Laika siguen en El Príncipe, esperando. Es en este contexto y si nada lo remedia en el que van a crecer los hijos de Dris, el inocente asesinado en el garaje. Su futuro es lo que más preocupa ahora a sus compañeros. Nada parece funcionar ante esta inédita guerra de bandas. En El Príncipe cuentan los días para el siguiente asesinato. “Son sanguinarios, hermano”, dice un vecino joven. “Les da todo igual. Son niños armados”. Suscríbete para seguir leyendo .
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